martes, 2 de enero de 2018

Pedro Pablo Kuczynski y los efectos del indulto a Alberto Fujimori.

Por Econ. Juan Solórzano Arévalo
.-Este análisis sobre los efectos del indulto de Alberto Fujimori (AF), dado por el presidente Pedro Pablo Kuczynski, surge de un debate que tuve con un amigo en mi cuenta de Facebook, que tomando una entrevista de Hugo Neira, quién defiende el indulto de AF, trata de defender su posición a favor del mismo. 

Mi estimado Armando, interesante el artículo de Hugo Neira, que planteas como defensa de la posición fujimorista del indulto, sin embargo, permíteme discrepar en varios aspectos que señala Neira:
1.-Neira, dice que hay un 1er grupo que está en contra del indulto por razones de principio y otro grupo que está a favor de ella por razones de gobernabilidad.
Los que están en contra por principio no lo voy a objetar porque se entiende al menos para mí esta posición, sin embargo, los que están a favor por cuestiones de gobernabilidad, habría que precisar que se entiende por gobernabilidad, porque esta se puede definir desde varias perspectivas: conservadora, neoconservadora, liberal o marxista, para el caso de la actual clase política del país, sobre todo la que nos gobernó y gobierna es complicado saber en cuál de las perspectivas se encuentra, sabiendo que no existe un sistema de partidos políticos, solo caudillos que forman sus propios partidos como si se creara una empresa individual de responsabilidad limitada-EIRL. Alberto Fujimori, por ejemplo, creo varios partidos, Cambio 90, Nueva Mayoría, Sí Cumple, Perú 2,000, o Alianza para el Futuro. Kuczynski, mismo tiene su propio partido PPK, después de haber estado antes en Alianza por el Gran Cambio (el Partido Popular Cristiano, el Partido Humanista Peruano, el partido Restauración Nacional y el partido Alianza para el Progreso).
Si a pesar de lo señalado anteriormente resulta complicado definir la gobernabilidad, la mayoría de autores sobre el tema indican que la gobernabilidad se apoya en dos factores: legitimidad y eficacia/eficiencia, sobre estos dos últimos conceptos se puede decir que son las palabras favoritas de los tecnócratas, donde los resultados son los que cuentan. Para Morlino (1985) la legitimidad “consiste en un conjunto de actitudes positivas hacia el sistema político considerado como merecedor de apoyo”, mientras que para Nye (1967) “la corrupción consiste en comportamientos que generan desviaciones en los deberes propios de la función pública –asumida por elección o designación–en pos de obtener un beneficio privado –personal, familiar o grupal– o mejoras de estatus”. Ahora bien, tanto el Fujimorismo representado en el Congreso de la República, como PPK ¿han dado muestra de actitudes positivas al sistema político, teniendo en cuenta que a ambos las acusaciones de corrupción les alcanza de sobre manera?, ciertamente debe haber una acusación fiscal contundente que demuestre actos de corrupción, pero como lo señala Victoria Camps (1997) “en la actualidad un buen gobierno se gana la legitimidad día a día, en la medida en que éste no pierde la confianza de los ciudadanos”. 
2.-Señala Neira que la autocracia de Fujimori fue una respuesta a otro autoritarismo 
Esta respuesta no puede ser avalada como justificación a su autoritarismo, porque entonces tendría que admitirse que era la única salida a la violencia terrorista, cuando en Colombia por ejemplo desde la década de los 70 del siglo XX, cuando se originó el fenómeno del narcotráfico y que tuvo su auge de violencia con los carteles de Medellín y Cali en los 80, además del fuerte crecimiento de los grupos paramilitares y guerrilleros;  todos los gobiernos que enfrentaron la violencia del narcotráfico y guerra interna, lo hicieron en el marco de un proceso democrático, siguiendo mucho de estos gobiernos,  las mismas políticas de apertura de la economía nacional a la globalización que también se implementó con Fujimori en Perú. Para Francisco Tudela, esto hubiera sido posible si es que en ambos lados es decir entre el gobierno de Fujimori de inicio de los 90 y los congresistas de la República de ambas cámaras, hubiera habido políticos de estado y no aquellos que cuidaban sus intereses particulares sea porque vivían del Estado refiriéndose a la izquierda y el Apra o deseaban ser una alternativa electoral al gobierno de Fujimori, por lo tanto torpedeaban las iniciativas de leyes que aquel proponía. Adicional a ello, Tudela, va mas allá e indica que lo que Fujimori, rompe con su autogolpe de Estado, es el modelo económico y social (socialista) originado en la década de los 70, con el gobierno de Juan Velasco Alvarado, al crearse un modelo neoliberal en la nueva Constitución del año 1993.