jueves, 12 de junio de 2014

Reflexiones económicas

Por Juan Solórzano Arévalo

.-Dos noticias aparecidas en los diarios de comunicación social escrita nos llamaron la atención por su importancia en el debate sobre el desarrollo del país.
La primera es que en el año 2013 la Región Arequipa tuvo un  “elevado crecimiento económico, bastante mayor al promedio del país. Según el Índice Compuesto de Actividad Económica (ICAE) del IPE, Arequipa se expandió 13% en el tercer trimestre del 2013, comparado con el mismo trimestre del año anterior (ver cuadro). Este crecimiento señala una aceleración con respecto al ya elevado crecimiento de 12.4% acumulado en los primeros nueve meses del 2013. Estimamos que Arequipa ha sido una de las regiones con mayor crecimiento en el 2013, con un ritmo cercano al doble del estimado para el Perú”. (Diario Gestión-Enero 2014)
Y la otra noticia es que la Alianza del Pacífico, buscará cubrir el mercado asiático, para lo cual los presidentes de Perú, Colombia, Chile y México se van a reunir en Cartagena de Indias para concretar la baja de aranceles y la visa libre. (Diario El Comercio-Febrero 2014)
Estas dos noticias tienen una relación directa e indisoluble, porque refleja que el país está efectivamente creciendo, producto de una política económica que trasciende varios gobiernos.
Sin embargo si analizamos desde los conceptos del rol del estado y las fallas del mercado en estas dos noticias, encontraremos varios aspectos a tener en cuenta al momento de afinar o reformular la política económica del país.
Un primer aspecto, está relacionado  al crecimiento económico de Arequipa y su comparación con el resto de regiones del país. Según diversos estudios económicos sobre el tema, indican que ocho ciudades de la costa y dos de la sierra, se ubican en las 10 ciudades más desarrolladas. Las ciudades de la selva están rezagadas y aunque su desempeño económico no ha retrocedido como en Cajamarca,  su progreso económico es muy lento.
En este contexto se puede afirmar que el estado peruano en su rol de provisión de bienes públicos, corrección de fallas de mercado, provisión de bienes meritorios e integridad organizacional  ha tenido una intervención desigual por la cual no se ha logrado una articulación económica y social aceptable entre todas las regiones del país. Por un lado hay mayores infraestructuras viales, servicios públicos de salud, educación, etc., en estas ciudades  de la costa y sierra, pero en general el nivel de su economía regionales, son aún primarios y de una reducida innovación tecnológica, lo cual apropiadamente podemos decir que estos lugares son polos de desarrollo de nivel básico. Esto es importante precisarlo porque lo que sucede como desarrollo económico y social en el país, esto se proyecta en las relaciones económicas con los demás países del mundo.
El Perú ha firmado como 14 tratados de libre comercios con países y bloques económicos y según el balance entre lo exportado podemos decir que seguimos siendo productores primarios con un escaso nivel de producción agregada. ¿Es sustentable y viable este actual modelo de desarrollo?
Evidentemente cuando tenemos una Colombia, Chile y México que integran la Alianza del Pacífico las asimetrías de desarrollo saltan a la vista con respecto al Perú, porque precisamente el modo como está siendo direccionado  su modelo de desarrollo, no ayuda mucho a ser un país más competitivo por lo menos a nivel de este bloque regional. Hausmann y Klinger (2008) señalan en un trabajo sobre exportaciones en Colombia, que “los países convergen hacia el nivel de ingreso implícito en su canasta de exportaciones”, esto quiere decir que los países con canastas de exportación poco sofisticadas, se quedarán rezagadas en el desarrollo.
Nicholas Kaldor (1939) señalaba que una política pública es deseable en tanto esta produzca compensaciones o no empeoren la situación de  los menos desfavorecidos. Pero además agregaría que una política pública tiene que ayudar a contribuir a mejorar la distribución de los recursos y generar oportunidades entre los ciudadanos. Para que ello suceda tenemos que tener una clase política y de funcionarios públicos, con capacidad técnica y de liderazgo que genere políticas y toma de decisiones eficientes y eficaces que afine mejor el rol del estado y corrija las fallas del mercado en el modelo de desarrollo económico descrito del país.
Y aunque parezca algo insulso mencionarlo en el debate económico está aún como un tabú en la clase política el de hablar de procesos de planificación pública a distintos niveles, porque se dice que planificación es ahora sinónimo de mas estado y menos libertad individual. Otros van más lejos e indican que los sistemas de pagos obligatorios como son los impuestos y aportes a la seguridad social generan enormes distorsiones que llevan a menos desarrollo económico. Salin (2000)  
En un informe sobre el impacto de los proyectos de inversión pública efectuado por el Ministerio de Economía y Finanzas en el 2010 para las regiones de Ayacucho, Apurímac, Huánuco, Huancavelica, Ica, Junín, Lima y Pasco-PCM, entre otras cosas señalaba que:
1.    Aún persiste la atomización de proyectos por la carencia de proyectos de impacto regional.
2.    No se cumplen a cabalidad los acuerdos y compromisos de los procesos participativos.
3.    Falta de cultura de gestión, se tiene que ver como un proceso de proyectos.
4.    Gobierno Regional no potenciado con personal técnico profesional aunado a la falta de capacitación y entrenamiento en los diferentes sistemas administrativos.
5.    Mercado regional y local de bienes y servicios limitados.
6.    Atomización y fraccionamiento de la Inversión Pública.
7.    Desproporcionalidad entre la ejecución física y financiera.
Está claro que en este panorama descrito los mecanismos institucionales para la planificación y espacios de reflexión no existen como tales, razón por la cual persisten las preguntas relacionadas a esta situación como son ¿Quién decide, qué y cómo?
Sobre todo si a esto agregamos que al existir poblaciones en situaciones de pobreza y pobreza extrema la libertad a decidir su propio destino, se reduce a la mínima expresión, por lo tanto están sujetos a externalidades negativas más aún cuando  el estado peruano no termina por consolidar o armar adecuadamente mecanismos de administración de riesgos sociales.
Un aspecto que me parece crucial señalar y que influye en el desarrollo económico moderno es la participación de la ciudadanía a través entre otras cosas de su opinión pública.  La opinión pública es una dimensión del poder  político, y eso lo saben los que están en el congreso, gobierno y partidos, lo han usado antes y lo seguirán usando siempre. En segundo lugar aquella opinión pública que hoy se despotrica, por ejemplo de  los que están en contra de los proyectos mineros,  es la misma que existe en todas partes del mundo, y no es inherente solo al Perú.  Aunque opinión pública  es mucho más de los que se ha señalado, es decir incluye también a aquel público atento y que vota en las elecciones. Señalo este tema de la opinión pública, porque evidentemente muchos proyectos de desarrollo pudieron haberse iniciado hace décadas en distintos lugares del país, pero lamentablemente por no haberse llevado procesos de comunicación y participación con la población anticipada y adecuadamente principalmente por las autoridades políticas, es que aún tenemos visiones fragmentadas y contrapuestas entre una región y otra, sobre el desarrollo del país y los roles que juega el estado en sus distintos niveles.





No hay comentarios:

Publicar un comentario