Por Juan Antonio Solórzano Díaz
.-Desde el momento en
que el HOMBRE aparece sobre la superficie de la tierra, existe una energía que
viene monitoreando su evolución y desarrollo de la especie humana; esa fuerza
es la “DISYUNTIVA HISTÓRICA”, una energía que fluye permanentemente, desde el
sistema interior cósmico. La dinámica de la disyuntiva histórica, se formula
dentro del tejido del espacio, en concordancia con la energía del tiempo, que
fluye infinitamente, dentro de la estructura espacial. El hombre es un proyecto
existencial, bajo un proceso bio-químico, celular y codificado, como producto
hecho de las cenizas de la energía estelar. Carl Sagan se expresa: “Todos los elementos de la tierra, excepto el
hidrógeno y algo de helio, se cocinaron en una especie de alquimia estelar,
hace miles de millones de años, en estrellas que ahora son quizás enanos
blancos inconspicuos al otro lado de la galaxia vía láctea. El nitrógeno de
nuestro ADN, el calcio de nuestros dientes, el hierro de nuestra sangre, el
carbono de nuestras tortas de manzana, se hicieron en los interiores de
estrellas en proceso de colapso. Estamos hechos, pues de sustancia estelar”.
(Cosmos, Carl Sagan; cap. IX, Las vidas de las estrellas, p.233, Ed. Octava,
1,985)
Púes, hemos empezado
a contemplar nuestros orígenes y proyectarnos hacia el futuro en busca de un
destino feliz, en donde el género humano en su inquietud infinita, trata de
comprender la búsqueda de la verdad, el perfeccionamiento humano y el camino
hacia la inmortalidad. Por eso, Carl Sagan se refiere al hombre: “Porque nosotros somos la encarnación local
del cosmos, que ha crecido hasta tener conciencia de sí. Hemos empezado a
contemplar nuestros orígenes: Sustancia estelar que medita sobre las estrellas”
(Cosmos, Carl Sagan, cap. XIII ¿Quién habla en nombre de la tierra?-págs.
337,338 (345), Ed. 10°-1987)
La disyuntiva
histórica, está formada dentro de su estructura interna, por dos fuerzas
paralelas: Una es la “realimentación positiva” o amplificadores de cambio y la
otra es la “realimentación negativa” o reductora de cambio; dichas energías
fluye permanentemente, que al momento de polarizarse, frente a un foco de
causación, que es producida por la actividad humana, las mismas que genera un
proceso de plusvalía y establece un entorno geopolítico, que se ubica dentro de
un tiempo y un espacio. El ciclo vital de desarrollo es promovido por éstas dos
energías vibratorias que emanan de la disyuntiva histórica, al momento de
encontrarse dentro del sistema de una organización social (foco de causación),
ya sea por su naturaleza simple o compleja (un clan, una comunidad, una nación,
imperios) se polarizan debido a la creciente de sus respectivas presiones
hegemónicas, mediante sus “amplificadores de cambio” y los “reductores de
cambio”, las que condicionan fuerzas coyunturales de índole económico,
político, social y/o cultural, que rompen la estabilidad y equilibrio del
“status quo”, entre los habitantes de un pueblo o nación, hasta llegar a una
“catalización social” que nos conduce a un proceso de cambios sociales, con sus
vértices de paradojas y controversias, llevando al hombre hacia su evolución y
desarrollo en la especie humana.
Según PRIGOGINE,
señala: “Que en cualquier sistema
complejo, desde las moléculas de un líquido, hasta las neuronas de un cerebro o
el tráfico de una ciudad, las partes del sistema, están en constante flujo. El
interior de cualquier sistema se hallan estremecidos de fluctuaciones, cuando
actúa la “realimentación amplificadora”, algunas de estas fluctuaciones pueden
resultar tremendamente magnificadas…, hasta el punto de verse amenazado el
equilibrio de todo el sistema. Las fluctuaciones que surgen en el entorno
exterior pueden actuar en este momento y ampliar más la creciente vibración…,
hasta lograr el equilibrio del todo y nos conduce a un cambio en su estructura
existente” (La Tercera Ola, Alvin Toffler, La Sala de Juegos Cósmicos.
Pág., 299, Ed. 1,981)
Para Alvin Toffler
(autor del “El Shock del Futuro”), en su obra “La Tercera Ola”, expresa: “La realimentación positiva, podría arrojar
luz sobre la causación en muchos procesos que antes resultaban desconcertantes.
Como la realimentación positiva rompe la estabilidad y se alimenta de sí mismo,
ello ayuda a explicar los círculos viciosos…y los virtuosos. Cuando situamos
juntos la “realimentación positiva” (amplificadores de cambio) y la “realimentación
negativa” (reductores de cambio), y vemos la riqueza con que estos dos procesos
diferentes interactúan, en organismos complejos, desde el cerebro humano, hasta
la economía, surgen sorprendentes compensaciones. Como cultura, asumimos la
probabilidad de que cualquier sistema verdaderamente complejo, sea un organismo
biológico, una ciudad o el orden político nacional o internacional, contenga
amplificadores de cambio y reductores de cambio” (La tercera Ola, Alvin
Toffler, La Sala de Juegos Cósmica, pág. 297, ed. 1981)
En el momento en que
estos dos procesos diferentes, interactúan (amplificadores de cambio y
reductores de cambio) dentro del foco de causación (en organismos complejos),
se polarizan sus potencias, hasta alcanzar una gestación, promoviendo,
organizándose y desarrollando un proceso de cambios sociales, económicos,
políticos y culturales, hasta alcanzar, como consecuencia generada una
“catalización social”, producto de una causa con efecto.
Todo depende del
grado de intensidad, en que se produzca las fluctuaciones de la “realimentación
amplificadora” o positiva, para romper la estabilidad y el equilibrio del orden
establecido, además se alimentan de sí mismas, lo cual origina coyunturas y
controversias, con sus vértices de diferentes paradojas: La paradoja de
contradicciones, la paradoja elíptica y la paradoja hiperbólica, que hacen los
acontecimientos históricos, pueden sucederse dentro de un periodo largo o
corto, ejecutados a través de un determinado tiempo y un espacio geográfico.
Un ejemplo de
paradoja de contradicciones, podemos citar en el siguiente pasaje histórico:
Durante la época en que se produce la invasión española, hacia el territorio
del Tahuantinsuyo, en el año de 1,532, se produce como antecedente dentro de la
causación (foco), la organización de una empresa particular de tipo capitalista
feudal, enmarcado dentro de un sistema mercantilista, feudataria y extractiva
de metales preciosos (oro y plata), con razón social identificada como “Los
tres socios de Panamá”, constituida el 10 de Marzo de 1,530, integrado por tres
especies de accionistas: Francisco Pizarro (socio mayorista), Diego de Almagro
y Hernando de Luque, quienes aportaron sus respectivos capitales, en bienes y
dinero, para financiar la compra de barcos, a fin de transportar una tropa
mercenaria, reclutada en su mayoría por hombres desocupados, aventureros y
analfabetos, que gozaban el pago de un salario o sueldo, la adquisición de
armaduras y pertrechos de guerra, así como gastos en el apoyo logístico, para
las acciones operativas de la empresa. Cuando surge la “coyuntura
político-administrativa en la gobernación de Panamá, entonces aparece una “paradoja
de contradicciones”, donde se cuestiona la tesis invasora, que realiza la
empresa, debido a una denuncia formulada, por un miembro de la expedición, cuando envía una nota
escondida, dentro de un pabilo de hilo, dirigida a la esposa del gobernador, en
la que se refiere: “Allí va el recogedor y aquí queda el carnicero”, para que
la gobernación, suspenda toda actividad operativa que venía realizando la
empresa; de esta forma se sintetiza la praxis filosófica de la invasión, que no
acepta el derecho a la vida, a la convivencia o coexistencia pacífica, así como
el orden legal establecido; mientras que Pizarro, en la isla del Gallo, lo
“contradice”, usando la punta de su espada traza una línea divisoria, sobre la
arena y sentencia, señalando hacia el sur: “Por aquí se va a Panamá, a ser
pobres, sin gloria y sin patria”, es el pensamiento metalizado, egocéntrico,
deshumanizado, que tiene la empresa, adquirir el poder de las riquezas a todo
precio y costo, sin importarle la vida y sacrificio a cientos de miles de
indígenas. La historia los conoce como los “Trece de la isla del Gallo”.
Las paradojas, son
productos elaborados, dentro de las coyunturas o controversias, suscitadas
durante todo proceso de cambios sociales, que a su vez han sido generados por
la dinámica de la disyuntiva histórica.
La paradoja de
contradicciones, se caracteriza por ser un postulado de un hecho o
acontecimiento histórico, que emergía repentinamente y rompe el equilibrio en
la continuidad de los sucesos cotidianos establecidos, para imponer una nueva
versión histórica, revertiéndose los planteamientos e intereses de potestad,
propios de un grupo humano o de una colectividad, que busca imponer una nueva
hegemonía en el interior del contexto real, de acuerdo a un tiempo y espacio
geográfico.
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