miércoles, 18 de noviembre de 2015

Asalto al Estado y el Mercado en el Perú


Por Juan Solórzano Arévalo

.-Luiz Carlos Bresser-Pereira, abogado, político y economista brasileño, escribió un artículo denominado El asalto al Estado y al mercado: neoliberalismo y teoría económica[1], en la cual señala que las políticas neoliberales aplicadas en las décadas de 80, 90 y principios del 2000, en gran parte de América Latina, fueron de tal magnitud, que muchos de sus defensores pontificaron al mercado, como el principio de toda las organizaciones e incluso del estado, y por lo tanto cualquier cambio u opinión en contrario era muy subversivo mencionarlo y atentatorio a la libertad de las personas.
El Perú, a fines de los 80, se encontraba en un proceso de degradación institucional a nivel de los distintos estamentos del estado, por lo que pocos actores políticos y de la sociedad civil, apostaban por fortalecer la figura del estado, como entidad que iba a resolver los graves problemas económicos, sociales y políticos del país. La crisis de la deuda externa, la hiperinflación, la parálisis productiva del país y la guerra interna desatada por los movimientos terroristas de sendero luminoso y el MRTA, fueron los elementos que condujeron a vislumbrar una suerte de estado fallido, en proceso de progresiva descomposición. En este contexto los promotores de las políticas neoliberales en el país, aceleraron unas campañas masivas a todo nivel, mostrando las bondades del libre mercado y la reducción de las funciones del estado a su mínima expresión, como los únicos mecanismos de solución a los graves problemas descritos líneas arriba. Este asalto del estado y el mercado, del que nos habla Bresser, venía siendo impulsado desde hacía varios años atrás, cuando a fines de la década de los setenta, Ronald Reagan, presidente de los Estados Unidos y Margaret Thatcher, primera ministra de Gran Bretaña, pusieron en vigencia el modelo político neoliberal, mediante el cual se desregulaba el mercado, recortaba los derechos sindicales y se reducía el gasto público. Dicho sea de paso, la crisis política del modelo de desarrollo comunista y/o socialista, entraba en una  fase de agotamiento ideológico y de aplicación práctica en todo el mundo, que colaboró a la expansión de la ideología neoliberal. A principios de la década de los noventa, sobre todo en América Latina, se impuso con gran fuerza la corriente neoliberal, a través de las propuestas del Consenso de Washington, y que en el caso del Perú, se implementó con el gobierno del presidente Alberto Fujimori, quién había prometido durante la campaña presidencial la de no implementar estas políticas neoliberales, frente a su principal candidato opositor, Mario Vargas Llosa, que si creía en las políticas del libre mercado.
Fujimori, al comienzo de su gobierno comenzó a desmantelar el estado regulador, privatizar las empresas públicas, eliminar derechos sindicales, disminuir drásticamente el gasto público, y circunscribirla está a sectores básicos como son educación, salud, trabajo e infraestructura, aunque al principio dada la fuerte crisis económica del país, los recursos que se destinaban a estos sectores, fueron insuficientes.
Era evidente que estas reformas estructurales del estado peruano, eran necesarias, porque éste se había convertido en una carga pesada dado que el  “déficit económico de las empresas estatales equivalían a 5 por ciento del PBI, como consecuencia del mal manejo económico, el control de precios y el sobredimensionamiento burocrático[2]sin embargo la debilidad institucional por la que pasaba el estado peruano en aquellos años, hizo que estas reformas estructurales tuvieran cierta eficacia en algunos sectores, como los relacionados a los servicios financieros y tributarios y en otros como los de salud y educación, los procesos de cambio fuesen más lentos y muy complejos, por citar algunos casos. Esta primera etapa de reforma, lo impulso el gobierno de Fujimori, inicialmente a través de su Programa de estabilización económica, bajo la dirección del Ministerio de Economía y Finanzas  y luego el Programa de modernización del estado, en una segunda etapa lo promovió a través de la Presidencia del consejo de ministros (PCM), quedando en manos del Congreso de la República, a partir de 1996. Como afirma Cortázar (2002) "De manera global, puede señalarse que el proceso de elaboración de políticas de gestión pública ocurrido condujo solamente a cambios limitados, resultado fundamentalmente de la estrategia de enclave[3]".
A inicios del año 2000, la relación estado y mercado en el país, tuvo diversos matices o énfasis, por un lado se hizo más evidente que el estado no podía ser solo un ente regulador de la economía, sino que además entre otras cosas tenía que ser para algunos proveedor de servicios sociales con mayor cobertura y focalizados, y para otros debería universalizar los servicios sociales;  pero en ningún caso el modelo económico neoliberal, en los gobiernos posteriores a Fujimori, se alteró sustancialmente, planteándose fuertemente por diversos actores sociales en las agendas sociales y políticas las cuestiones de redistribución y la desigualdad social, que involucraban a la gran mayoría de la población peruana, que hasta el año el año 2007, se situaba alrededor del 42.4%, según el Instituto Nacional de Estadísticas del Perú-INEI.
Actualmente la misma entidad, para el año 2014, “reportó que la pobreza se redujo en el Perú a 22.7% en el 2014, desde un nivel previo de 23.9% en el 2013, lo que implica que cerca de más de 289,000 peruanos abandonaron esa situación el año pasado[4]”.
En este contexto de cifras sobre la pobreza conviene preguntarse ¿si acaso esta reducción de la pobreza, se hubiese logrado solo con la acción del mercado o el crecimiento económico? o en su defecto  fueron la complementariedad del estado y su política social, lo que ayudó a cerrar estas brechas sociales y económicos, me inclino por lo segundo porque en la actuación del estado no solo prima la lógica económica, sino también la política, entendida como el ejercicio de una ciudadanía con derechos y deberes, en busca del bien común, que tiene sus intereses contradictorios, pero que es capaz tarde o temprano de buscar consenso en torno a un contrato social, como siempre ha sucedido.
La aplicación de políticas neoliberales en América Latina y sobre todo en el Perú, evidenció niveles de  desigualdad social y económica entre distintos sectores de la población peruana. Solo cuando a las políticas de crecimiento económico, se le complemento con políticas sociales de atención especialmente a los grupos vulnerables, es que la desigualdad en el país disminuyo paulatinamente. Según Yamada, Castro[5] (2012), “entre 1,997 y 2010, el ingreso familiar real  per cápita creció en 33%, mientras que el consumo ingreso familia real per cápita  lo hizo en 14%”
Para algunos es criticable que “85 personas más acaudaladas del mundo concentran en sus cuentas bancarias la misma riqueza que 3.500 millones de seres humanos pobres[6]”, para otros como el diario El Comercio, el tema no es la concentración de la riqueza[7], ni la desigualdad,  es simplemente la pobreza y para combatir su reducción esta será posible solo con libertades económicas y elevando la productividad de las personas y las empresas (enfoque monetario de la pobreza) señalando que puntualizar estos niveles de desigualdad, atenta contra la cultura del emprendimiento, la innovación y el éxito, olvidando que muchas de las riquezas de los grandes millonarios de América Latina, se produjeron al amparo de las licitaciones, contratos arreglados con el estado, condonación de tributos o fijación de precios; un estado que podría catalogarse como depredador, tal como lo señala  Vanessa Kaiser[8] "se observa la presencia de un Estado despótico, una mentalidad extractiva y una concentración económica que no permite movilidad social, la situación de los países latinoamericanos dista mucho de acercarse al modelo de mercado neoliberal occidental".
Además es bien complicado establecer que por ejemplo en el caso del Perú muchas de las obras públicas chicas, medianas o grandes ejecutadas en los últimos 20 años éstas no haya estado exentas de corrupción, el caso Odebrecht es uno muy emblemático; para el Defensor del Pueblo, Walter Gutiérrez, el Perú cada año pierde 3,600 millones de dólares en concepto de soborno a autoridades.[9]
El diario   menciona que si bien la actuación del estado es esencialmente política y a veces arbitrarias,  tal como lo señala Bresser  “A través del Estado, las sociedades vienen buscando regular y moldear el capitalismo en función de sus valores y sus objetivos políticos”,  también es importante indicar  que el mercado como tal es ciega a los valores políticos, como lo indica el mismo autor.




[1] Luiz Carlos Bresser-Pereira, (2009). El asalto al Estado y al mercado: neoliberalismo y teoría económica. revista Nueva Sociedad No 221, Mayo.
[2] Rosendo Paliza. Impacto de las Privatizaciones en el Perú. 2015, de Departamento de Empresas Públicas, BCR Sitio web: http://www.bcrp.gob.pe/docs/Publicaciones/Revista-Estudios-Economicos/04/Estudios-Economicos-4-1.pdf
[3] Juan Carlos Cortázar Velarde. (2002). Oportunidades y limitaciones para la reforma del estado en el Perú de los  años 90. Lima, Perú: CIES.
[4] Sección Economía. (2015). INEI: Pobreza en el Perú disminuyó solo 1,2 puntos porcentuales en 2014. Perú21
[5] Gustavo Yamada, Juan F. Castro y José L. Bacigalupo. (2012). Desigualdad monetaria en un contexto de rápido crecimiento económico: El caso reciente del Perú. CIES
[6] Martín Ramos, Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat), Diario El Comercio.
[7] Editorial: Pobres, pero iguales (2015). Diario El Comercio 
[8]Vanessa kaiser. (2010). El Neomercantilismo como  modelo de mercado  en Latinoamérica. Revista  Pléyade, N° 05.
[9]http://gestion.pe/politica/investigaciones-corrupcion-peru-se-disparan-ultimos-anos-segun-defensoria-2189483. 


sábado, 3 de octubre de 2015

Comparaciones básicas entre Estado Peruano y algunos Estados de América del Sur.

Comparaciones básicas entre Estado Peruano y algunos Estados de América del Sur.

Por: Juan Alejandro Solórzano Arévalo


I.              SEGÚN LAS DIMENSIONES DEL ESTADO QUE GUILLERMO O’ DONELL SUGIERE PARA SU ESTUDIO. ¿ES POSIBLE CONSIDERAR OTRAS DIMENSIONES? ¿CUÁLES?
.-Aplicando las dimensiones que plantea O’ Donell con respecto al Estado peruano, este presenta las cuatro dimensiones en sus tres niveles de gobierno, aunque no están todas ellas en su plenitud desarrollados.
  • Conjunto de burocracias.-El Estado peruano como tal no esta presente en todo el territorio nacional, es mas las burocracias existentes se diferencian entre una y otra al interior de los tres niveles de gobierno, por el grado de eficiencia y eficacia de su trabajo producto de los niveles de profesionalismo desarrollados por estas burocracias por un lado y por otro por la importancia que dan a este aspecto la clase política gobernante de turno. Históricamente a nivel del gobierno nacional podemos señalar que tanto las fuerzas armadas y policiales y los sectores de educación y salud han sido los espacios donde los empleados públicos han podido desarrollar mas o menos un sistema burocrático administrativo capaz de ir ejerciendo su labor sin que varié su condición de empleados públicos o se corra el riesgo del desarme administrativo. El poder judicial  si bien ha tenido un sistema burocrático a través de la historia republicana mas o menos estable en cuanto a ejercer la función judicial, su eficacia y eficiencia ha sido mas que discutible. Actualmente todo el aparato burocrático estatal después del periodo de desmantelamiento administrativo surgido durante el gobierno de Alberto Fujimori, esta en un proceso de consolidación y expansión  operativa aún fraccionada en cuanto a sistema producto de la mirada clientelista que tienen los partidos políticos y movimientos regionales del sistema burocrático estatal.
  • Sistema legal.-Una de las cosas que no podemos negar en relación al Estado Peruano es que tiene un sistema legal importante en la defensa y cumplimiento de los derechos de la ciudadanía. Sin embargo debemos anotar que muchas de estas normas que sirven como base o sustento a la vigencia del Estado Peruano y su ciudadanía se aplican fraccionadamente a la ciudadanía producto de la ineficacia administrativa de la burocracia estatal y lo mercantilista que muchas veces se ha convertido la aplicación o no de las normas legales en el país. La cultura de los deberes y derechos en el país, como valores aún no es considerada como importante para ser asumida por todos los ciudadanos, en tanto culturalmente es percibido como un signo de debilidad personal y social.
  • Un foco de identidad colectiva.-El Estado Peruano frente a otros Estados tiene una identidad que lo caracteriza aunque también se asemeje a mucho a otros Estados de la Región Latinoamericana. Se caracteriza por ser un Estado pluricultural descentralizado y unitario que si bien recoge los valores culturales de la colectividad peruana, no logra incorporar y  atender con sus funciones a poblaciones originarias del Perú por un lado, pero también a sectores poblacionales con determinadas características culturales-sociales “no estandarizadas socialmente”. Se asemeja en relación a otros Estados Latinoamericanos en cuanto se desenvuelve en el marco de un sistema legal democrático aunque no eficiente en su totalidad y esta compuesto por ciudadanos cada vez más identificados por la cultura latinoamericana, pero a su vez con una mirada más global de la vida de un Estado.
  • Filtro.-El Estado Peruano como todo Estado también ha establecido filtros de pertenencia y de usufructo de su servicio. Si bien es cierto que esto es evidente con en relación a otros Estados y ciudadanos del resto del mundo, podemos señalar que al interior del país, estos filtros se aplican de una manera selectiva y direccionada por los grupos de poder existentes. Por ejemplo no todos los profesionales del país pueden aspirar a ocupar cargos claves en la administración pública si es que no procedes de un sector institucional importante o de cierta élite social. Hay aún ciertas “herencias” gubernamentales que se transmiten de generación a generación a los cuales cualquier ciudadano no puede acceder tan fácilmente. Ahí están las entidades públicas como el Banco Central de Reserva del Perú, el Ministerio de Economía, la Academia Diplomática, la Marina y la Fuerza Aérea del Perú, y el mismo sistema judicial por citar algunas.


II.            ANALICE Y COMPARE LAS DIFERENTES FORMAS DE ESTADO EN AMÉRICA LATINA: LOS CRITERIOS DE DIFERENCIACIÓN, SUS CARACTERÍSTICAS ESTRUCTURALES, DE POLÍTICAS PÚBLICAS Y DE RELACIONES CON LA SOCIEDAD.
.-Los Estados Latinoamericanos comparten muchas semejantes en cuanto a su composición y funcionamiento y su relación con sus ciudadanos, pero también guardan diferencias de gestión y composición que no son radicales en todos los casos sino antes bien de matices y algunas veces estructurales.

Diferenciación
Semejanzas
-Hay Estados que en cuanto a su composición y organización funcionan como Estados unitarios y otros como federativos.
-En relación sus regímenes políticos hay de aquellos que tienen una fuerte carga ideológica marxista-socialista y otros que se sitúan en la corriente neoliberal
-Su sistema de elección de autoridades políticas  en algunos son a través de elecciones generales directas y sin restricciones en cuanto a relecciones y otros que teniendo procesos electorales establecen restricciones a los mecanismos de alternancia del poder.
-Algunos Estados más integrados comercialmente a los grandes bloques económicos hegemónicos que otros Estados que se han asociado a espacios regionales altamente ideologizados.
-Algunos Estados con más desarrollo de su capacidad bélica que otros.
-Estados con mayores ambiciones hegemónicas de ámbito mundial que otros.

-Sistemas burocráticos con espacios especializados en algunas funciones sobre todo las relacionadas a la regulación económica y los procesos de inversión pública y privada.
-Sistemas judiciales de naturaleza europea continental con niveles regulares de deficiencia funcional.
-Sistemas políticos altamente rotativos en cuanto  a su composición y territorializados por caudillismos políticos.
-Ineficientes en su mayoría para aplicar políticas públicas de largo plazo surgidas de consenso o acuerdos políticos
-Escasos niveles de participación efectiva de la ciudadanía organizada en la toma de decisiones de la asignación de los recursos públicos.
-Estados con  niveles de rendición de cuentas y de transparencia en la gestión aún bajos.
-Estados que en su mayoría no han establecido y potenciado  un sistema de desarrollo a la investigación científica.
-Estados que han privilegiado procesos de integración intrarregional e interregional.



III.           ANALICE Y COMPARE LA EFECTIVIDAD LEGAL Y LA EFICIENCIA BUROCRÁTICA EN TRES TIPOS DE PAÍSES SEGÚN SU GRADO DE HOMOGENEIDAD: URUGUAY (HOMOGÉNEO) PERÚ (HETEROGÉNEO) Y COLOMBIA (INTERMEDIO)
.-Los tres países en mención tienen un sistema jurídico institucional establecido a través de la separación de poderes y con controles constitucionales, asignados ya sea a entidades creadas para tal fin o establecidas en las cortes supremas de justicia. Igualmente todos estos países han establecido un sistema de administración pública en sus tres niveles de gobierno (nacional, regional y local según país). En todos estos países se llevan a cabo elecciones para elegir a sus autoridades políticas, aunque hay diferencias en cuanto a los tiempos en los cuales se llevan a cabo estos procesos electorales y la forma se ejerce las funciones de gobierno por parte de estas autoridades elegidas. En el caso del Uruguay del estudio realizado sobre el ejercicio de la función pública se encontró que esta regulado por diversas normas que abarcan desde la carrera pública hasta sanciones por inconducta funcional. Tanto Perú como Colombia también tienen normas legales que regulan la actividad del funcionario público.


VARIABLES
PAÍSES
URUGUAY
PERÚ
COLOMBIA
Efectividad legal
Según estudios realizados este país tiene unos índices altos de confianza institucional y de lucha contra la corrupción, lo cual indica que el nivel de vigencia del Estado de derecho es bueno
El nivel de desconfianza institucional de las principales instituciones públicas es muy alto por lo tanto la vigencia del estado de derecho es de nivel medio.
Hasta la gestión del presidente Uribe se percibía un Estado que giraba en función a la opinión presidencial y de la sociedad en desmedro de los controles horizontales
Eficiencia burocrática
Hasta hace unos años la burocracia uruguaya transitaba por una gestión pública lenta y demasiada tramitadora, por lo que se inicio una discusión al interior de la clase política y la sociedad de emular la gestión pública neozelandesa mediante por la cual se establece un servicio civil.
Hay una agenda pendiente de potenciar la carrera pública que implique mejorar sus niveles de capacitación, planificación, dirección y ejecución de las funciones estatales con visión estratégica de mediano y largo plazo.
Se percibe un aparato público aún lento con grandes des coordinaciones en la aplicación de las políticas públicas tanto a nivel del gobierno central como de los municipios y departamentos.


lunes, 17 de agosto de 2015

Análisis breve del Programa Jóvenes a la Obra, con el enfoque de género

ANÁLISIS BREVE DEL PROGRAMA JÓVENES A LA OBRA, CON EL ENFOQUE DE GÉNERO 



Por Juan Solórzano Arévalo


El enfoque de género es uno de los componentes que se analiza  últimamente en diversas acciones de gobierno para ver la real participación activa de las mujeres en general. En esta oportunidad revisando el accionar del Programa Social “Jóvenes a la Obra”, impulsado por el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo del Perú, encontramos que hay una  participación importante de las mujeres en la ejecución  del programa, que no siempre se encuentra bien precisado en la mayoría de programas sociales.  Este programa fue creado por Decreto Supremo N° 013-2011-MTPE, y modificado por Decreto Supremo N° 004-2012-MTPE.

Descripción general del Programa:
Objetivos:
General:
Desarrollar y fortalecer las competencias laborales y de emprendimientos de los y las jóvenes de 15 años a 29 años de edad en situación de pobreza y pobreza extrema y facilitar a los mercados formales de éste público objetivo urbano y rural[1]

Específicos:
El programa tiene como objetivos específicos los siguientes:
Objetivo específico 1: Jóvenes de escasos recursos económicos y/o situación de vulnerabilidad, acceden a la capacitación técnica de nivel básico operativo alineada a la dinámica del mercado laboral.

Objetivo específico 2: Jóvenes de escasos recursos económicos y/o situación de vulnerabilidad del ámbito rural y urbano acceden a capacitación en gestión para el emprendimiento promoviendo el autoempleo emprendedor.

Componentes:
El Programa cuenta con dos componentes:

Componente 1: Jóvenes en situación de pobreza con capacitación técnica de nivel básico

A través de este componente se espera lograr:
ü  Lograr que los beneficiarios adquieran competencias que les permitan desempeñarse de manera dependiente en ocupaciones de nivel básico en el marcado laboral
ü  Lograr que los beneficiarios desarrollen competencias transversales y habilidades sociales que reflejen una actitud positiva durante el proceso de búsqueda de empleo que facilite la inserción laboral.




Componente 2: Jóvenes en situación de pobreza acceden a capacitación en emprendimiento

A través de este componente se espera lograr:
ü  Propiciar la generación de ideas de negocio
ü  Fortalecer y/o desarrollar las competencias emprendedoras de los beneficiarios.
ü  Promover la implementación inicial de los planes de negocio.


Análisis del Programa Social
·         Una de las primeras cuestiones que se tiene que tener en cuenta es si una intervención tiene el enfoque de género. En tal sentido revisando toda la documentación generado para la implementación del programa, encontramos que en el objetivo general, se menciona que esta intervención está dirigida a capacitar a los y las jóvenes de 15 a 29 años de edad, por lo que se asume que toda la implementación de las actividades estará regido por tener en cuenta cierta participación equitativa de ambos sexos.
·         En la Resolución de Dirección Ejecutiva N° 06-2012-MTPE “Procedimientos para las actividades de focalización y selección de los beneficiarios de la capacitación para el emprendimiento del Programa Nacional de Empleo Juvenil  “Jóvenes a la Obra”, se percibe que en todos los formatos, tanto de planificación, como de seguimiento, monitoreo e informes, hay indicaciones para anotar la identificación y participación de hombres y mujeres, en las actividades.
·         Según un informe de notas institucionales del año 2013, en las capacitaciones brindadas por la Universidad Nacional del Callao, los beneficiarios en su mayoría fueron mujeres (51%), provenientes de la Provincia Constitucional del Callao.
·         En el informe de notas institucionales del año 2013, se señala que en las capacitaciones brindadas por la Universidad Nacional de San Martín, del total de beneficiarios el 51% fueron mujeres (172) y el 48% fueron hombres (162).
·         En el año 2013, de los 20,042 beneficiarios 13,058 (65%) eran mujeres y 6984 eran hombres (35%).
·         En lo que se refiere a la población joven con discapacidad, en el año 2013 se tiene que de las 212 PCD atendidas a nivel nacional, 123 eran mujeres (58%) y 89 eran hombres (42%)[2].

Comentario a los datos presentados:
La situación laboral de las mujeres en el Perú, si bien es cierto que ha mejorado, aún sigue siendo desventajosa en relación al número de hombres empleados y los beneficios económicos y laborales que detentan estos. Por ello es destacable la intervención del Programa Social “Jóvenes a la Obra”, al promover una mayoritaria participación de las mujeres en las capacitaciones y por ende en su inserción laboral.
El Ministerio de Trabajo señala que “En general, la participación femenina en el mercado laboral urbano ha tenido un aumento importante en las últimas décadas, sobre todo en ocupaciones técnicas y servicios, la cual se explica por el incremento de los niveles promedio de formación educativa y capacitación de las mujeres” [3] sin embargo precisa además que esta participación está condicionada a factores familiares que tienen que ver con ¿quién tiene que trabajar? Y ¿quién tiene que quedarse al cuidado del hogar?, más aún influirá también el número de hijos en edad escolar, el hecho de si la mujer saldrá a buscar emplearse en el mercado laboral.
Otro dato interesante a destacar es que “la población femenina se concentra en la región de Lima (31,2 %), lo cual demuestra el grado de centralización de la población femenina en las regiones de Lima. Otras regiones con alta concentración de población femenina son Piura (6,1%), La Libertad (5,9%), Cajamarca (5,0%) y Puno (4,6%). Cabe destacar que el caso de Cajamarca es peculiar debido a que un porcentaje importante de su población femenina se encuentra ubicada en las zonas rurales (14,5%); mientras que en el área urbana Lima concentra el 39,9% de la población urbana del país” [4]

Pero a pesar de que la participación laboral de la mujer en el país ha aumentado, diversos estudios sostienen que la tasa de actividad es mayor en la de los hombres, esto debido a que persisten roles tradicionales al interior del hogar, que hacen que la mujer desempeñen roles no remunerados. “Las mujeres peruanas trabajan 9 horas con 15 minutos más que los hombres. En promedio, las mujeres dedican mucho más tiempo que los hombres al trabajo doméstico, así, mientras los hombres dedican 15 horas con 54 minutos a la semana a actividades no remuneradas, las mujeres destinan 39 horas con 28 minutos, es decir 24 horas con 14 minutos más que los hombres. En cambio, los hombres dedican en promedio más tiempo al trabajo remunerado que las mujeres, siendo la brecha de 14 horas con 19 minutos”[5]

A nivel de la población con discapacidad si bien es cierto que el programa Juntos, ha incluido en las capacitaciones a las personas con discapacidad, a nivel nacional “del total de personas de 14 años y más de edad con discapacidad, el 96,4% no ha estudiado algún curso que lo capacite para un mejor desempeño en el trabajo. Solo el 2,8% realizó tal actividad. No obstante el bajo porcentaje que ha recibido cursos de capacitación, se observa que éste es más alto en el caso de los varones (3,8%) que de las mujeres (2%)”[6]

La equidad de género en el campo laboral, aún dista de ser una realidad plena en el país, si bien es cierto que el Programa Social “Jóvenes a la Obra”, en sus capacitaciones muestra un alto porcentaje de mujeres participantes, aún por lo datos consignados sobre empleo en el Perú, las mujeres siguen siendo relegadas a un segundo plano, apreciando más bien que donde se nota mayor participación de la mujer en el ámbito laboral, es en sector informal de la economía y en el mantenimiento y reproducción de la vida en los hogares. Una sola intervención de un programa social, si no está articulado a otras intervenciones sociales del Estado, pierde eficacia y por ende no logra solucionar de una manera integral la brecha laboral entre hombres y mujeres.






[1] Informe Bimensual sobre Avances en la Generación de Empleo, Decreto Urgencia N° 058-2011
[2] Anuario Estadístico Sectorial del MTPE 2013.
[3] Informe Anual 2005, La Mujer en el Mercado Laboral Peruano.
[4] La Mujer en el Mercado Laboral Peruano, Informe Anual 2008, MTPE.
[5] Perú, Brechas de Género 2001-2013, INEI-Manuela Ramos
[6] Encuesta Nacional Especializada en Discapacidad 2012-INEI

domingo, 16 de agosto de 2015

¿Es posible aumentar el salarios mínimo vital de los trabajadores?



Progresistas y salarios

Por: Paul krugman


Hillary Clinton dio su primer gran discurso sobre economía el pasado lunes, y los progresistas se han mostrado satisfechos en general. Porque el mensaje primordial de Clinton ha sido que el Gobierno federal puede y debe usar su influencia para conseguir que aumenten los salarios.

Los conservadores, sin embargo —al menos los que han podido dejar de gritar “¡Bengasi! ¡Bengasi! ¡Bengasi!” durante el tiempo suficiente para prestar atención— parecen desconcertados. Creen que Ronald Reagan demostró que el Gobierno es el problema, no la solución. De modo que, ¿no estaba Clinton reviviendo el difunto “paleoliberalismo”? ¿Y no sabemos que la intervención gubernamental en los mercados tiene consecuencias indirectas terribles?

No, ni lo ha revivido ni sabemos tal cosa. De hecho, el discurso de Clinton reflejaba cambios importantes, sobradamente respaldados por pruebas, sobre lo que sabemos acerca de qué determina los salarios. Y una conclusión fundamental derivada de esos nuevos conocimientos es que las políticas públicas pueden ayudar mucho a los trabajadores, sin atraer la cólera de la mano invisible.

Antes, muchos economistas pensaban en el mercado laboral como algo muy similar al resto de los mercados, donde los precios de las distintas clases de trabajo —es decir, las tasas salariales — estaban plenamente determinados por la oferta y la demanda. Así que si los salarios de muchos trabajadores se han estancado o reducido, debe de ser porque la demanda de sus servicios se está reduciendo.

En concreto, la opinión general era que el aumento de la desigualdad se debía a los cambios tecnológicos, que estaban incrementando la demanda de trabajadores muy cualificados y devaluando el trabajo poco cualificado. Y no había mucho que las políticas pudieran hacer para modificar esa tendencia, aparte de ayudar a los trabajadores con salarios bajos mediante subvenciones como las deducciones sobre el impuesto de la renta.

Todavía escuchamos a distintos analistas que no se han puesto al día invocar esta historia como si fuese una verdad evidente. Pero el razonamiento de que el “cambio tecnológico condicionado por la cualificación” es la causa principal del estancamiento salarial se ha venido abajo en gran medida. En particular, un nivel elevado de formación no es ninguna garantía de unos ingresos más altos; por ejemplo, los sueldos de quienes acaban de licenciarse en la universidad, ajustados según la inflación, llevan 15 años sin subir ni bajar.

Mientras tanto, lo que sabemos acerca de la determinación de los salarios se ha visto transformado por una revolución intelectual —y no es ninguna exageración— propiciada por una serie de estudios notables sobre lo que sucede cuando un Gobierno modifica el salario mínimo.

Hace más de dos décadas, los economistas David Card y Alan Krueger se dieron cuenta de que cuando un estado concreto eleva el salario mínimo profesional, lleva a cabo un experimento práctico con el mercado laboral. Mejor aún, es un experimento que proporciona un grupo de control natural: los estados vecinos que no suben el salario mínimo. Card y Krueger aplicaron su descubrimiento al análisis de lo que sucedía en el sector de la comida rápida —donde los efectos del salario mínimo deberían ser más acusados— después de que Nueva Jersey incrementase el salario mínimo pero Pensilvania no lo hiciese.

Subir el sueldo mínimo no tiene por qué reducir la cantidad de puestos de trabajo
Antes del estudio de Card y Krueger, la mayoría de los economistas, yo incluido, daban por sentado que el aumento del salario mínimo tendría un claro efecto negativo sobre el empleo. Pero ellos descubrieron que, en todo caso, el efecto era positivo. Sus resultados se han confirmado posteriormente gracias a los datos de muchos episodios. No hay ninguna prueba de que el incremento del salario mínimo reduzca el número de puestos de trabajo, al menos cuando el punto de partida es tan bajo como el de Estados Unidos en la actualidad.

¿Cómo es esto posible? Hay varias respuestas, pero la más importante probablemente sea que el mercado laboral no es como el mercado de, por ejemplo, el trigo, porque los trabajadores son personas. Y como son personas, se obtienen beneficios importantes, incluso para el empresario, cuando se les paga más: tienen la moral más alta, cambian menos de trabajo y son más productivas. Estos beneficios compensan en gran medida el efecto directo del aumento del coste de la mano de obra, así que elevar el salario mínimo no tiene por qué reducir la cantidad de puestos de trabajo.

La conclusión más evidente de esta revolución intelectual es, lógicamente, que debemos aumentar el salario mínimo. Pero hay también otras inferencias más generales: si nos tomamos en serio lo que hemos aprendido de los estudios sobre el salario mínimo, nos daremos cuenta de que dicho salario no es importante solo para los trabajadores peor pagados.

Porque los empresarios siempre se enfrentan a los pros y contras de seguir una estrategia de sueldos bajos o de sueldos altos, por ejemplo, entre el modelo tradicional de Walmart (pagar tan poco como sea posible y aceptar que los trabajadores cambien muy a menudo y tengan baja la moral) y el modelo de Costco (sueldos y beneficios más altos que traen consigo una mano de obra más estable). Y hay muy buenos motivos para pensar que las políticas públicas pueden, de distintas formas — incluso facilitando que los trabajadores se organicen—, empujar a más empresas a optar por la estrategia de los buenos sueldos.

De modo que tras el discurso de Hillary había mucho más de lo que la mayoría de los analistas pensaban, según sospecho. Y para quienes intentan poner pegas señalando que parte de lo que ha dicho difiere de las ideas que imperaban cuando su marido era presidente, la cosa es que muchos progresistas han cambiado de opinión en respuesta a las nuevas pruebas empíricas. Es una experiencia interesante; los conservadores deberían probarla alguna vez.

Paul Krugman es premio Nobel de Economía de 2008.