lunes, 24 de abril de 2017

Control de precios: Aproximación teórica parte II

 Por Econ Juan Solórzano Arévalo
En una publicación de una página web sobre el control de precios se comentaba que los especuladores “ganan dinero a base de comprar un producto barato, guardarlo durante un tiempo mientras esperan (especulan) que su precio suba y, cuando lo hace, venderlo y quedarse con la diferencia[1]y hacía referencia como ejemplo al mercado o contratos de futuros del petróleo donde los inversionistas efectivamente compran producciones futuras a un precio determinado en un tiempo determinado, con la esperanza de que el precio sea superior al pactado para poder venderlo (asumen el riesgo) o también asegurarse con un lote de producción a un precio determinado aun cuando este haya subido su precio (protegerse del riesgo). Puede darse también que pierda el inversionista al bajar el precio del producto por diversas razones porque ya pacto pagar un precio determinado. En este último caso como nada es inflexible en los acuerdos comerciales frente a la posible pérdida se pueden producir acuerdos entre el vendedor y el comprador para tratar de reducir el impacto de la variación de precios. En todos estos casos entendidos la especulación se acepta como parte del funcionamiento de un tipo de mercado que va a incidir directamente en otros procesos comerciales y/o productivos. El tema que deseamos debatir no es ese tipo de especulación descrita, sino aquella que se produce cuando existe desastres naturales y el mercado de productos de primera necesidad se ve distorsionado considerablemente. Se señala que los precios de los productos en una zona de desastre pueden subir porque los costos de producir, trasladarlos o comercializarlos pueden incrementarse y por lo tanto es inevitable la subida de precios, es cierta esta afirmación y quizás en este contexto es discutible el control de precios. Sin embargo si en una zona de desastre como es la zona norte y centro del Perú y según información del COEN “los damnificados en el ámbito nacional suman 156 mil 420, mientras que la cifra de afectados llega a 961 mil 113, y las viviendas afectadas son en total 210 mil 859[2], evidentemente no estamos hablando del  funcionamiento del “libre mercado” donde la demanda y la oferta se equilibran “mutua y naturalmente” porque en casos como éstos tanto consumidores como ofertantes salen afectados por un desastre natural de gran magnitud, sin considerar directamente  el impacto macroeconómico por ahora en este análisis. En este contexto podemos decir que estamos ante una falla del mercado por efecto de una externalidad negativa que afecta a todos. Para los consumidores de la zona de desastre el control de precios a productos de primera necesidad puede surgir como una necesidad imperiosa mientras que para los ofertantes no es posible tal medida porque se afectaron los costos de producción. En este caso el mercado invisible no puede solucionar solo este dilema de necesidades y producción por lo que se hace necesario la intervención del Estado. Pero entonces alguien podrá decir que se tiene que tener cuidado con esta intervención porque hay lo que denominan las fallas del Estado, que no es otra cosa que una ineficiencia por una intervención del Estado. Esta disyuntiva se podría denominar la falacia de la composición que es asumir que lo que es cierto para una parte del sistema lo es para la totalidad del mismo. Aquí podemos introducir otro concepto económico que se denomina la frontera de posibilidades de producción (FPP) que indica que se presenta una mayor y óptima  capacidad de producción en un país, cuando hay una eficiencia o mejora en los factores de producción y la curva se desplaza a la derecha. Por el contrario cuando baja la capacidad de producción por efectos por ejemplo de desastres naturales, la FPP es negativa o la curva se desplaza a la izquierda porque los factores de producción son ineficientes, insuficientes y/o inadecuados. El siguiente gráfico es ilustrativo para entender sobre la FPP:

Las intersecciones  A y B son las posibles combinaciones de producción que se podrían generar y que generaría casi un pleno empleo. Combinaciones debajo de la línea azul traería desempleo y un nivel ineficiente de producción.
Viendo desde otro punto de vista tomamos el ejemplo del fenómeno del niño en el departamento de  Ica en el año de 1998, en el siguiente gráfico encontramos que por efecto de dicho desastre natural la actividad económica de dicho departamento cayó casi a -0.8% lo cual refleja el tremendo impacto negativo que tuvo en la población en general. Es claro que la curva del FPP se desplazó a la izquierda.










En el siguiente gráfico se puede apreciar con más amplitud el impacto del fenómeno del niño del año 1998 a nivel nacional situándose una reducción del PBI  alrededor del -0.5%,  cantidad mucho menor al fenómeno del niño de 1983 que el PBI se contrajo en un -12.6%.
Fuente: Zeolla, Nicolás Hernán; Adelardi, Ana Laura; Caprarulo, Claudio Alejandro. "La economía de Perú y los problemas del desarrollo". La revista del CCC [PDF]. 2015



Se dice que la inflación en una situación de control de precios sería muy alta porque habría mucha demanda de productos que harían subir su precio. Si una se fija en el gráfico sobre la inflación en el Perú entre los años 1980 y 2000, se puede ver la inflación más alta que se tuvo fue en el año 1990 con un 7,4282% producto de una política económica y convulsión social que se vivía en aquel entonces. Cuando se observa la inflación en los años cuando hubo desastres naturales se observa que la del año 1998 que fue de 7.3% ha sido muy baja en relación al año 1983 que tuvo 111.2%.
En resumen sobre la inflación  sus efectos tienen que ver con otros factores macro económicos como la  inflación monetaria, de demanda, de costos, estructural, inercial y de otros factores como las sociales, culturales, políticas que  resumirlo solo a un posible control de precios si se diera en épocas de desastres no es del todo cierto. Incluso si solo se señalara que la inflación vendría por el lado de la demanda, esta puede provenir de varios sectores como son: Por parte de las familias: productos y servicios finales, o sea, de bienes y servicios de consumo; por parte de empresas para ampliar su capacidad productiva, es decir, inversión; por parte del gobierno, que puede ser inversión productiva o bien gasto que no aumentará directamente la oferta global del país; por parte del sector externo, es decir, exportaciones.[3]
Gonzalo Llosa señala a propósito del “niño costero” y la inflación del mes de marzo en la zona norte del Perú que estos desastres han ocasionado un incremento de la inflación en alimentos y bebidas y que a nivel geográfico las ciudades del norte del país como son Piura, Trujillo y Chiclayo experimentaron tasas inflacionarias mayores al 2% mensual en comparación con ciudades del sur y algunas ciudades de la zona de selva del país que tuvieron por debajo del 1% mensual y no fueron afectadas por el fenómeno climático. El siguiente gráfico ilustra de manera clara lo señalado por Llosa[4].

Fuente: Semana Económica-Abril 2017
Es necesario aclarar que el incremento de la inflación focalizada en zonas de desastre es temporal hasta que todo el aparato económico-productivo vuelva a funcionar en un contexto de economía de mercado. La cuestión es saber si al introducir el control de precios temporal a productos de primera necesidad la inflación se incrementaría mucho más o sería irrelevante.
Un detalle adicional que se puede deducir es que los desastres naturales son focalizados y por lo tanto  en términos de mercados podemos indicar que éstos pueden afectar a mercados locales y/o regionales. Normalmente los centros de producción alimenticios básicos están muy cerca de las ciudades.




[1] Xavier Sala Martín. La Ley de la Oferta y la Demanda. https://www.elcato.org/la-ley-de-la-oferta-y-la-demanda

[3] Fuente: Causas de la Inflación (Zonaeconomica.com - Federico Anzil - Julio Del 2008) - http://www.zonaeconomica.com/causas-inflacion

[4] Gonzalo Llosa. El Niño: ¿Qué sugiere la inflación de marzo sobre el fenómeno? Semana Económica. Abril 2017. http://semanaeconomica.com/factoreconomico/2017/04/07/que-nos-dice-la-inflacion-de-marzo-sobre-el-nino/

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